El pasado miércoles 6 de marzo nos dimos cita muchos ciudadanos para salir a marchar frente a lo que nosotros consideramos que es un mal gobierno. Lo hicimos en diferentes ciudades de Colombia, de manera pacífica alzamos nuestra voz, arengamos y cantamos el himno de Colombia, demostrando que podemos salir a la calle y no vandalizar o destruir la infraestructura de las ciudades.
El mensaje fue claro, no salimos 3 pelagatos como algunos han querido señalar, gran parte del país tiene una preocupación real, las cosas no van bien y el gobierno nacional debería escuchar.
Una desconexión total de la mayoría de los ministros que acompañan al presidente es notoria, poca presencia en las regiones del país y peor aún, una bajísima inversión pública, lo cual preocupa enormemente, porque aun teniendo recursos, al actual gobierno parece que no le gusta ejecutar.
Pero el mensaje del 6 de marzo no fue únicamente para el gobierno, el mensaje también fue para el Congreso de la República que, en un importante número, va pasado de agache frente a las reformas que hoy cursan su trámite en el Senado y en la Cámara de Representantes.
Y reiteramos que el mensaje también es para los congresistas, que muchas veces se desconectan de la realidad de las comunidades y no las tienen en cuenta al momento de aprobar o no algún proyecto de ley.
Ojalá escucháramos al presidente hablar de la legitimidad de las marchas, porque lo único que le vimos fue la estigmatización a los que salimos. Y resulta bastante contradictorio, dado que era justamente el mandatario el que en gobiernos pasados defendía y promovía marchas.
Ojo a las reformas que hoy se tienen radicadas en el congreso y ojalá no sea cierto lo que muchos dicen, que viene una nueva reforma tributaria, que llegaría en un pésimo momento para el país, al ver que la economía no crece y que seguramente, en una eventual reforma, los impuestos sí subirían.
Julián Muñoz
Marzo de 2024
